El virus del papiloma humano genital
es un tipo de virus de transmisión sexual. En Estados Unidos es mucho más frecuente que aquí, según varios estudios los más de la mitad de los hombres y mujeres sexualmente activos son infectados por este virus en algún momento de su vida. Muchas de las infecciones no causan síntomas y terminar por desaparecer solas.
La sanidad pública recomendó desde que salió la vacuna que se pusiera a las niñas. Está orientada sobre todo a las niñas que no hayan tenido ningún contacto sexual. Creen que la protección que ofrece la vacuna contra el VPH es de larga duración y además también puede prevenir el cáncer de vagina y vulva.
El 24 de agosto de 2007, el gobierno de España autorizó la comercialización de la vacuna contra el virus del papiloma humano y propuso que entrara a formar parte del calendario vacunal español.
Se aceleraron todo lo posible los trámites para poder incluirla en el calendario a pesar de que existen datos oficiales que muestran que el índice de esta enfermedad en España son muy bajos, concretamente según el estudio es de 2 mujeres afectadas de cada 100.000 y con una edad media de 63 años.
Además esta vacuna no suple la citología, como método de prevención, que se deben de realizar todas las mujeres a modo de revisión para poder encontrar el cáncer de útero en estadíos tempranos. A pesar de la publicidad que se hizo, muchos opinan que esta vacuna no será efectiva a la hora de evitar que una mujer padezca este tipo de cáncer.
Entre todo esto también se entremezcla la lucha de los dos laboratorios que fabrican las vacunas, Gardasil y Cervarix, para lograr que su vacuna fuera comprada por el mayor número de comunidades autónomas. Fue publicitada como una oportunidad de innovación y avance al igual que lo hacían los dos laboratorios.
En contrariedad con la rapidez de la implantación de la vacuna, muchos profesionales de la salud pedían encarecidamente que se retrasara la aplicación de esta a las niñas españolas porque tenía muchas dudas de que en realidad fuese efectiva. También protestaban por el gran coste que la vacuna supondría para la sanidad pública. Pero no se hizo demasiado caso a esto y se prosiguió con su implantación.
El producto pronto comenzó a mostrar sus efectos secundarios como lo había hecho anteriormente. Estos efectos secundarios son:
Como problemas suaves:
- Hinchazón en el sitio de la inyección.
- Fiebre suave
- Dolor de cabeza o cansancio
- Náuseas/vómitos/diarrea/dolor abdominal
- Desmayos que duran poco tiempo y síntomas asociados como pequeñas convulsiones. Descansar unos minutos después de la vacuna puede ayudar a prevenir estos síntomas.
Como problemas severos:
- Reacciones alérgicas graves con aparición de ronchas, manos muy hinchadas y problemas importantes para respirar.
- Además de estos efectos secundarios se pueden dar otras muchas situaciones que se han visto en niñas de todo el mundo.
Además, existe otro problema, no se sabe con exactitud si funciona porque este tipo de enfermedad que pretende prevenir la vacuna, tiene un período de aparición de décadas. Quizás en el 2030 sí pueda verse si la decisión de hacer de esta vacuna una de las del calendario vacunal fue una buena idea, o si por el contrario, fue una decisión demasiado precipitada.
El siguiente vídeo trata sobre los problemas citados anteriormente y de la posible no eficacia de la vacuna.
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