Muchos de los
pacientes que necesitan un transplante hepático fallecen antes de recibirlo y
por eso la donación en vivo de este órgano es una ventaja muy importante ya que
reduce la espera antes de que la insuficiencia empeore. Otra de las ventajas
más destacadas es, que al ser la mayor parte de los donantes personas jóvenes y
sanas que han pasado una valoración médica previa, la calidad del hígado podría
ser más alta.
Los
primeros transplantes de hígado de donante vivo se realizaron en niños en los
años 80. Esto se debe a que la mayor parte de los pacientes pediátricos no
conseguían sobrevivir al largo periodo de espera. En la
actualidad más de 300 pacientes reciben cada año transplantes de donantes
vivos.
En general
los donantes vivos tienen que cumplir una serie de requisitos entre los que
destacan:
- Tener al menos 18 años de edad.
- Estar en óptimas condiciones de salud.
- No fumar durante aproximadamente un mes antes de someterse a la cirugía.
- Tener un tipo de sangre compatible con el receptor.
- No tener ningún motivo egoísta para realizar la donación.
- Tener un tamaño corporal similar.
- Ser capaz de someterse a algunos exámenes médicos (pruebas de sangre, estudios radiológicos y una biopsia de hígado)
- Ninguna persona puede recibir o aceptar dinero a cambio ya que la venta de órganos es ilegal.
Los
donantes vivos suelen obtenerse de entre los familiares o conocidos de la
persona que va a recibir la donación, aunque también existen otras opciones
como son:
1.Transplantes
cruzados:
En ellos, una persona dona un riñón a un desconocido, a cambio de
que un familiar o un amigo del receptor haga lo mismo con alguien relacionado
con el primer donante.
2. Donante
altruista o también conocido como "buen samaritano":
Consiste en que un voluntario ofrece alguno de sus
órganos en vida, al paciente de la lista de espera al que más pueda beneficiar
o a un trasplante cruzado. En estos casos la persona que se decide a donar un
órgano tiene que superar, además del examen médico, una profunda una evaluación
psicológica para comprobar que "no sufre ningún desequilibrio
emocional". En este tipo de donación, el anonimato es un requisito fundamental.
Existen diversas complicaciones que se pueden manifestar a corto plazo después de la cirugía. Entre estos problemas están: sangrado, infección, fuga de bilis o daño a los conductos que atraviesan el hígado.
Existen
otros riesgos fruto de la anestesia o de una cirugía general.
Aunque un
donante tiene pocas posibilidades de presentar complicaciones por la cirugía,
el problema más común es la fuga de bilis.
Además, en casos raros, un donante podría morir como resultado de la operación ;o en caso de daño en la porción restante del hígado, el donante podría también requerir someterse a un transplante de hígado.
A veces,
los donantes no presentan problemas sino hasta transcurridos meses o años
después de la cirugía. Uno de los problemas más comunes es dolor estomacal y
abultamientos alrededor de la cicatriz. Dichos abultamientos generalmente
pueden arreglarse mediante cirugía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario