Esto está considerado
un delito internacional que viola los derechos humanos, quebrantando la
libertad y la dignidad de las víctimas.
Cada año
medio millón de mujeres son explotadas en los mercados europeos de la
prostitución. En España más del 90% de las prostitutas son extranjeras, con una
situación irregular y siendo forzadas a realizar esta actividad.
La mayoría de
las mujeres que llegan a nuestro país víctimas de la trata son engañadas,
prometiéndoles un trabajo digno que después se convierte en amenazas, violaciones,
chantajes y maltrato.
Las
nacionalidades que más abundan entre estas mujeres son la rumana, latina y
nigeriana.
Son muchos los casos que se dan a conocer a cerca de este tipo de delitos creando gran transcendencia en la actualidad, por ello el Ayuntamiento de Madrid llevó a cabo una campaña en la que sancionarán con multas de hasta 750 euros a los clientes de la prostitución de la calle.
Muchas personas se están lucrando a base de la explotación de este tipo de actividades. Uno de los personajes más reconocido de este ámbito es Ioan Clamparu (alias, Cabeza de cerdo), el mayor traficante de mujeres del mundo, considerado el amo de la prostitución callejera de España y media Europa.
Cabeza de
cerdo utilizaba técnicas para embaucar a las chicas, mediante mentiras y falsas
promesas de que trabajarían en la hostelería o de amas de casa. Una vez
llegadas a España, las coalicionaba a través de una hipotética deuda que había
contraído la organización y para la que
ellas deberían de prostituirse a precios ínfimos con la finalidad de saldarla.
Estas mujeres sufrían amenazas, golpes, incluso la retirada de sus propias
documentaciones para la sustitución de otras falsas. El control que ejercían
sobre ellas era tan exhaustivo hasta el punto de ser vigiladas día y noche. Recibían
las instrucciones mediante un móvil que les proporcionaban sin saldo. Todo tipo
de remuneración económica que recibían por parte de sus clientes era en su
totalidad para la organización.
Clamparu
estuvo durante años en persecución, pero fue el año pasado cuando él mismo
decidió entregarse “por estar cansado de ser perseguido por la policía”.
Se le condena
a 30 años de prisión, la máxima recibida hasta el momento para un proxeneta,
aunque solo cumplirá 20 debido a la ley vigente. Cabeza de cerdo fue imputado
por 5 delitos, por obligar a la prostitución a jóvenes rumanas, una de ella
menor, y por obligar a abortar a esta última.
Si queréis conocer más detalles sobre el proxeneta, Cabeza de cerdo, os adjuntamos el siguiente enlace del reportaje que realizaron sobre él en el programa Equipo de Investigación, de Antena 3.
A continuación adjuntamos un cortometraje sobre la trata de mujeres.
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