domingo, 15 de diciembre de 2013

Intervención de reasignación sexual : transexual femenino (3)

Una vez que hemos abordado los temas de la vaginoplastia y de la cirugía de feminización corporal, entra en juego el último de los eslabones de la cadena, la cirugía de feminización facial.

Es evidente que los rasgos de una mujer, son siempre más delicados que los de un hombre y por ello la mayor parte de los transexuales optan por realizar distintas intervenciones que les permitan hacer su rostro mucho más femenino. Algunas de las técnicas más empleadas son la rinoplastia, la eliminación de la nuez, el aumento de pómulos y la mentoplastia. A continuación se explicará de forma breve, en que consiste cada una de ellas:

1. Rinoplastia: 

Mediante esta intervención se puede mejorar la forma o función de la nariz. Para ello, se accede a la armadura osteocartilaginosa que está bajo la piel y musculatura nasal. Los principales retoques que se puedes hacer son el aumento o disminución del tamaño, cambio de la forma del puente o de la punta o modificación del tamaño de las fosas nasales.
La duración aproximada del proceso es de una o dos horas y se practica tanto con anestesia local como general. Las cicatrices que quedan despues de una rinoplastia son imperceptibles y la recuperación muy rápida. Los cambios se notarán desde los 15 días a lo largo del primer año.

2. Eliminación de la nuez o tiroplastia:

Esta es sin duda la operación más demandada tras una intervención de cambio de sexo ya que la nuez de Adán es el rasgo más característico en el rostro masculino.

La eliminación de esta prominencia cartilaginosa es un paso muy importante que ayuda al paciente a sentirse más mujer. Esta intervención dura aproximadamente una hora y el paciente estará bajo los efectos de anestesia local más sedación.

Para llevarla a cabo se realiza una incisión de unos 3 cm en una arruga o pliegue natural de la piel del cuello (para que la cicatriz se vea menos) y se reduce el cartílago teniendo especial cuidado en no dañar las cuerdas vocales.
El paciente puede regresar a su casa el mismo día de la intervención aunque lo más frecuente es que tenga ciertas molestias e hinchazón es la zona durante un par de días.

 3. Aumento de pómulos:

Esta operación tiene como objetivo aumentar el tamaño de los pómulos mediante la implantación de una prótesis. Gracias a esta intervención, tanto la mirada como las facciones del paciente se verán resaltadas.

Es frecuente que esta técnica se combine con la rinoplastia o con el lifting pero en caso de no ser así no duraría más de tres cuartos de hora bajo los efectos de anestesia local. Para llevar a cabo la operación, se realiza una incisión o por dentro del labio superior o en el párpado inferior para poder colocar el implante. La capacidad para mover la boca y los labios se puede ver afectada temporalmente.

4. Mentoplastia:


 Con esta intervención (que suele ir ligada a la rinoplastia) se pretende ajustar el tamaño del mentón del paciente a su nueva condición femenina.
 Dependiendo del objetivo final, la intervención puede consistir en la implantación de una prótesis o en el deslizamiento o reducción del hueso mandibular.

El implante de la pótesis puede realizarse mediante una incisión entre el labio y las encías (interior de la boca) o debajo del mentón.

Con este "retoque" los labios y la boca del paciente se resaltan y el rostro en general se dulcifica.
 Si se realiza combina con más operaciones se utiliza anestesia general pero si se realiza únicamente la mentoplastia, se practica bajo anestesia local. La recuperación es rápida y sin apenas molestias.

Existen muchas otras intervenciones pero estas son las más empleadas tras un cambio de sexo. Una vez terminado el largo proceso que comenzó con la hormonación y la vaginoplastia para terminar con una serie de intervenciones complementarias, al fin el paciente que se sentía mujer puede afirmar que lo es.

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