En esta entrada hablaremos de un tema muy polémico: la experimentación animal. Su controversia se debe a que no es un tema que afecta únicamente a los defensores de los animales, sino que existen implicaciones que se extienden a científicos, legisladores, estudiantes, industrias, opinión pública y medios de comunicación.
La experimentación animal, también conocida como experimentación in vivo, consiste en utilizar animales en experimentos científicos. Posteriormente, la mayoría de estos animales son sacrificados. Se calcula que más de 115 millones de vertebrados son usados anualmente en experimentación.
Habitualmente, asociamos experimentación animal con ratones de laboratorio, pero a pesar de que son la especie más utilizada también se emplean muchas otras. Las especies olvidadas son: conejos, cerdos, ovejas, cabras, perros, gatos y primates. Del mismo modo, también se utilizan aves, anfibios y peces.
Concretamente, en la Unión Europea se usan 12 millones de animales para la experimentación. Todos ellos procedentes de centros oficiales de cría (concebidos exclusivamente para la investigación), pues la legislación europea así lo recoge.
A la hora de clasificar los experimentos animales, podemos diferenciar 4 grupos:
Concretamente, en la Unión Europea se usan 12 millones de animales para la experimentación. Todos ellos procedentes de centros oficiales de cría (concebidos exclusivamente para la investigación), pues la legislación europea así lo recoge.
A la hora de clasificar los experimentos animales, podemos diferenciar 4 grupos:
- Pruebas de productos de consumo
Hasta hace unos meses a este grupo pertenecían los productos cosméticos, pero el 19 de marzo de 2013 España aplicó una nueva ley que prohíbe la experimentación animal con fines estéticos.
- Investigaciones militares
- Investigación biomédica
Una de las pruebas más comunes es el test de toxicidad o Dosis Letal 50 (DL50). Esta prueba únicamente se puede realizar en animales y sirve para valorar la toxicidad de un principio activo, y así poder comprobar si es perjudicial para el animal y a la vez extrapolarlo a las personas.
No obstante, es importante decir que esto no siempre ocurre. Por ejemplo la talidomida fuera probada exhaustivamente en hembras animales preñadas, sin observarse ningún efecto negativo en los fetos. Sin embargo, después de su comercialización se descubrió que provocaba deformaciones. Del mismo modo, también existen casos contrarios, por ejemplo el ácido acetil salicílico es perjudicial para los gatos mientras que para los humanos no.
- Educación y formación
Pero por suerte, para todos estos usos existen métodos alternativos. Por ejemplo, en las universidades ya hay simuladores, programas informáticos, muñecos… que permiten sustituir a los animales vivos. Del mismo modo, también hay cadáveres donados para el aprendizaje.
¿Tú qué opinas? ¿Crees qué la experimentación animal es la mejor opción? ¿Piensas qué sería conveniente buscar métodos alternativos inocuos para animales y humanos? Para más información sobre este tema os recomendamos esta página :http://www.pacma.es/p/31
Esperamos que os sea útil y os haga reflexionar.
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